DULCES TIPICOS HUESCA
Amparada en una larga tradición que se remonta a 1935, la Panadería Santolaria reúne la experiencia y el oficio de cuatro generaciones que mantienen indeleble el buen gusto por la calidad y el buen hacer. Este establecimiento ha sabido conjugar los dulces más tradicionales con la innovación más moderna adaptada a la clientela a partir de un trato humano y personalizado basado en una especialización y exclusividad encaminadas a ofrecer un placer para los sentidos.
Este ha sido el reto de María Paz Santolaria, propietaria de la Panadería que abrió su padre Mariano Santolaria en 1935, y que ahora regentan sus hijas Cristina y María Paz, permaneciendo en el mismo lugar desde su creación, enclavado en el corazón del Casco Histórico de Huesca, concretamente en la Calle Goya, número 8, bajos. Tres etapas unidas por los productos que Mariano y su mujer Laura Beired heredaron de las tradiciones de su tierra Aineto, como los empanadicos, dobladillos y la estrella del establecimiento la torta de cazuela.
En el año 1991, se abordó la primera reforma del negocio, tras asumir la titularidad María Paz Santolaria y con ella se incorporaron nuevos productos de repostería como las Pajaritas de Huesca y el Doblón.
Esta última etapa ha comenzado con una nueva reforma dirigida por Vicente García Plana suponiendo esto una garantía segura en cuanto al diseño y con la que se ha triplicado la superficie de la tienda. Además de un amplio surtido de productos de panadería y repostería ya mencionados, nos ha permitido incorporar una línea variada de alimentos sin gluten, cafés, vinos, infusiones, chocolates, legumbres, miel, entre otros artículos, y como parte importante del negocio una amplia bodega, que cuenta con los mejores vinos del Somontano y otras denominaciones, que confieren a nuestro establecimiento un aire de modernidad, que conserva elementos de antaño pero adaptado a los nuevos tiempos, reflejando la dedicación y el mimo de las tres generaciones entregadas en exclusiva al oficio de la laminería.